5 destinos imperdibles para hacer ecoturismo en Argentina
Turistas de todo el mundo que ven a nuestro país como un destino ideal para hacer ecoturismo, el nombre por el que se conoce a la práctica de viajar para volvernos conscientes del mundo natural del que formamos parte.
Enamorados de la inmensidad de la Patagonia, fascinados por los coloridos cerros norteños o boquiabiertos por el caudal de agua de las Cataratas del Iguazú, los extranjeros encuentran en Argentina el lugar ideal para recorrer áreas naturales de enorme biodiversidad. Con variedad de climas, grandes extensiones de tierras y más de 30 parques nacionales, el país tiene mucho para ofrecer a visitantes y a locales que quieran conectarse con la naturaleza y conocer ecosistemas autóctonos y/o protegidos.
A continuación, te ofrecemos una selección de cinco destinos perfectos para vincularnos con nuestro ser interior y con el mundo mágico que nos rodea.
1. El Hornocal
De norte a sur, empezamos por Jujuy: saliendo desde Humahuaca se encuentra la joya de la Quebrada, el Hornocal, también conocido como el “Cerro de los 14 colores”. Hermoso como el Cerro de los 7 colores de Purmamarca, el Hornocal es mucho más grande y se encuentra retirado de cualquier centro urbano. Ideal para respirar aire puro, alejarse de la rutina del día a día y conectarse son la inmensidad de la naturaleza. Si viste la película Mi Obra Maestra, seguro lo conocés, pero vale la pena viajar para verlo en vivo y sentir la paz que emana del paisaje.
2. Bañado La Estrella
Tal vez Formosa sea la provincia menos explorada y con mayor potencial para el ecoturismo de todo el país. Entre sus secretos mejor guardados, se encuentra el Bañado La Estrella, un humedal de casi 400 mil hectáreas de vegetación frondosa, que alberga especies animales autóctonas como el aguará guazú, el yaguareté, el tapir, el oso hormiguero y la garza rosa (¡y muchas serpientes!). Sus espectaculares paisajes también se pudieron ver en cine recientemente, en Zama, la exitosa película de Lucrecia Martel.
3. Valle de Uco
Si la perspectiva de las víboras te asusta un poco, se puede hacer ecoturismo en regiones más calmas, como el increíble Valle de Uco en Mendoza, donde la actividad vitivinícola marida a la perfección con los paisajes de montaña y la producción sustentable. Hay oferta gastronómica y hotelera destinada específicamente al ecoturismo, que apunta a tomar consciencia sobre el cuidado de la tierra para obtener vinos naturales de alta calidad.
4. El Chaltén
Todos conocemos u oímos hablar alguna vez del glaciar Perito Moreno en El Calafate, pero no todos los que van allí se acuerdan de visitar El Chaltén. Se trata de una localidad conocida a nivel mundial como uno de los destinos más recomendados para hacer trekking y escalada de alto riesgo. El cerro Fitz Roy, oculto tras una nube casi todo el tiempo, es la meta imponente entre distintos senderos que combinan lagunas y cascadas a medida que se va subiendo, en una amalgama perfecta de agua prístina de deshielo, tierras vírgenes y vegetación autóctona. Un paisaje sin igual entre la estepa patagónica y el comienzo de los Andes.
5. Ushuaia
En el extremo sur de la Argentina (y en “el fin del mundo”, como se suele decir), el Parque Nacional Tierra del Fuego es un destino ineludible para aquellas personas que gusten del ecoturismo. En verano, los bosques de lengas —la variedad de roble autóctono de la isla— proveen el ambiente propicio para la introspección y la meditación, y en invierno, los picos nevados del Cerro Castor invitan a largas caminatas con raquetas para descubrir los misterios de la naturaleza. Para quienes gozan a través de la simple contemplación, el Paso Garibaldi y las costas hacia el sur del Atlántico serán suficientes para sumergirse mentalmente en la introspección y desconectar de la rutina citadina.
Fuente: liveslow.com.ar