Arquitectura sustentable en Argentina: cuatro casos reales y su impacto
La arquitectura sustentable dejó de ser un nicho para convertirse en una forma concreta de bajar emisiones, ahorrar recursos y mejorar el confort en las ciudades argentinas.
En el país, tanto el sector público como el privado impulsan edificios con certificaciones ambientales (LEED, ISO 50001, EDGE) y estrategias pasivas adaptadas al clima local: control solar, ventilación natural, reutilización de agua y eficiencia en iluminación y climatización. A continuación, cuatro ejemplos emblemáticos con datos de impacto.
1) Sede del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (Parque Patricios, CABA)
Diseñada por Foster + Partners y ubicada frente al Parque de los Patricios, esta obra fue el primer edificio público de Sudamérica en alcanzar la certificación LEED Silver y, tras mejoras operativas, obtuvo la categoría LEED Gold en 2017. El proyecto prioriza la luz natural, la ventilación y el control solar mediante una cubierta de lamas y grandes lucernarios, reduciendo las necesidades de iluminación artificial y climatización. Además, se integra con el transporte público para disminuir huella de movilidad. Estos atributos fueron claves para el salto de Silver a Gold según el programa IUC de la Unión Europea que documenta el caso.

2) 200 Della Paolera (Catalinas Norte, CABA)
Desarrollado por RAGHSA, 200 Della Paolera se convirtió en un referente de oficinas de alta performance ambiental en el distrito Catalinas Norte. El edificio logró LEED Gold (Core & Shell), incorporando envolvente de alta eficiencia, vidrios de control solar, recuperación de calor y gestión de agua para riego y servicios. Más allá de la certificación, lo relevante es su rol demostrativo: muestra que las torres de gran altura en climas templados pueden reducir de forma significativa la demanda energética si se optimiza la piel del edificio y los sistemas HVAC. La propia desarrolladora y el U.S. Green Building Council listan la certificación y los criterios de diseño.
3) Torre BBVA (Puerto Madero, CABA)
La Torre BBVA obtuvo LEED Oro por su diseño y operación eficiente. Entre las medidas: luminarias LED, sensores de presencia, aprovechamiento de luz natural, sanitarios de bajo consumo y sistemas de reutilización de agua de lluvia para riego y producción de agua caliente. ¿El impacto? La propia entidad informa un ahorro de agua del 35% gracias a artefactos eficientes y gestión hídrica; además, la certificación LEED en edificios del grupo se asocia a ahorros del 12% al 48% en energía respecto al estándar, dependiendo del caso y la categoría. En Buenos Aires, el paquete de medidas reduce costos operativos y emisiones, sin sacrificar confort ni calidad del aire interior.
4) Nueva Terminal de Partidas – Aeropuerto Internacional de Ezeiza (Provincia de Buenos Aires)
La terminal inaugurada recientemente incorporó criterios de eficiencia a gran escala: sistemas HVAC de alta eficiencia con recuperación de calor y almacenamiento de energía térmica, iluminación optimizada y control inteligente. Aeropuertos Argentina comunicó que el diseño permite ahorros de hasta 60% en el consumo de energía respecto de soluciones convencionales, y que el aeropuerto avanza hacia un abastecimiento >90% con energía renovable mediante contratos de suministro, lo que implica una fuerte reducción de emisiones de CO₂ operativas. Además, en 2024 la organización destacó la consolidación de su estrategia energética bajo ISO 50001. En infraestructura de transporte —intensiva en energía— estas magnitudes de ahorro son especialmente significativas.
Lecciones que dejan estos casos
a) Envolvente y luz natural primero. La sede de Gobierno porteña y Della Paolera muestran que la arquitectura pasiva (orientación, control solar, optimización de la envolvente) reduce cargas térmicas y horas de iluminación artificial, generando ahorros sostenidos sin depender solo de tecnología mecánica.
b) Gestión integral del agua. En torres de oficinas, los consumos sanitarios son relevantes. La Torre BBVA cuantifica el beneficio: –35% de agua con artefactos eficientes y reaprovechamiento de lluvia, un dato replicable en tipologías de oficinas y hospitales.
c) Sistemas y operación importan. El aeropuerto Ezeiza incorpora recuperación de calor y gestión energética basada en estándares (ISO 50001), y además compra electricidad renovable; la combinación de diseño + operación + energía limpia explica por qué los ahorros llegan hasta 60% y las emisiones caen >90% respecto de una matriz fósil.
d) Certificaciones como lenguaje común. LEED y ISO 50001 no son un fin en sí mismo, pero ayudan a comparar y transparentar resultados ante inversores y usuarios. En Buenos Aires, varios hitos —como el paso a LEED Gold del edificio gubernamental y el LEED Gold de Della Paolera— elevaron la vara del mercado.
Mirando hacia adelante
La agenda climática urbana exige edificios de emisiones operativas casi nulas y materiales de baja huella. Argentina ya tiene experiencia probada en oficinas, sedes públicas y grandes infraestructuras. El próximo salto está en escalar al parque existente (retrofits con LED, control solar, mejoras HVAC) y en vivienda con estándares como EDGE o soluciones bioclimáticas locales, combinadas con generación distribuida. La evidencia de estos cuatro casos sugiere que ahorros del 30% al 60% en energía y reducciones sustantivas en consumo de agua son posibles hoy, con tecnologías disponibles y diseños adaptados al contexto argentino.

