Argentina, desmonte desenfrenado.
Un estudio de la Universidad de Boston mostró que el planeta reverdeció en los últimos 33 años. Pero el país quedó dentro del 4% que retrocedió. Apuntan al “desmonte desenfrenado” y el avance de las áreas de cultivo.
Al contrario de lo que el sentido común sospecharía, el mundo está más verde que hace 33 años. Unos 36 millones de kilómetros cuadrados de superficie terrestre –casi diez veces la superficie argentina, con su territorio antártico incluido– reverdecieron entre 1982 y 2015.
Así lo afirmó un estudio estadounidense que publicó la revista científica Nature Climate Change en las últimas semanas y que reprodujo un artículo publicado en Clarín (a contramano de la preocupación internacional por mitigar los efectos del cambio climático).
Según los investigadores, la creciente emisión de dióxido de carbono –uno de los gases de efecto invernadero– acelera la fertilización de hojas, plantas y árboles. En el mapa elaborado por los autores de la investigación, sin embargo, hay un dato preocupante para la Argentina: en el país no sólo que no aumentó la superficie verde, sino que se redujo.
Consultado sobre cómo frenar esos niveles de desmonte, Diego Moreno, secretario de Política Ambiental, Cambio Climático y Desarrollo Sustentable del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable, sostiene: “Hasta ahora la ley de bosques tenía un fondo de 240 millones de pesos, lo extendimos a 390 millones para financiar proyectos de preservación. En las zonas en las que todavía está permitido el desmonte, una de las iniciativas es que organismos internacionales financien la ganadería dentro del bosque nativo como modelo alternativo a la agricultura. De esta manera, se reduce la deforestación”.
El biólogo Ranga Myneni, uno de los investigadores de la Universidad de Boston que hicieron el estudio, dialogó con Clarín sobre lo que ellos llaman “enverdecimiento” del mapa global: “Hallamos que hay más hojas verdes, más plantas, más árboles que antes. En áreas que ya eran verdes y en áreas que no lo eran”, dice. Según el estudio, en un 40 por ciento de la superficie terrestre se extendió el verde mientras que en un 4 por ciento del planeta observaron un retroceso: en esa pequeña porción se ubica la Argentina. El 70 por ciento del aumento de la superficie verde se produce por las crecientes emisiones de dióxido de carbono, muchas veces originado en la quema de combustibles fósiles.
“Una porción del dióxido de carbono que estamos emitiendo se almacena temporalmente en plantas y árboles, pero hay estudios que demuestran que esta fertilización no durará”, profundiza Myneni, que analizó la medición del índice de hojas que hicieron tres satélites en todo el mundo durante más de tres décadas. Entre otros límites para que el “enverdecimiento” avance se encuentra la necesidad de agua, un recurso cada vez más escaso.
Fuente: Noticias Ambientales