Cubiertos y platos comestibles
Cubiertos, platos, papel y envoltorios comestibles
Las vajillas comestibles no son un imposible. Cucharas, cuchillos, tenedores, platos e incluso la misma carta del restaurante podría comerse tranquilamente. Son inventos nuevos que buscan contribuir al cuidado del planeta, al tiempo que hacen negocio con sus originales propuestas.
Ya puestos, hasta el ticket o el envoltorio de las burguer. Más allá de ser biodegradables, van directamente al buche. Y aunque no todas las propuestas son realmente ecológicas, el concepto en sí tiene un gran potencial de sostenibilidad.
Su punto fuerte a nivel ambiental es lo que evitan. Puesto que constituyen alternativas a los cubiertos, al papel, plástico y otros manteriales contaminantes, su gran eco ventaja está en evitarlos.
Por lo tanto, solo si lograran reemplazar al papel o a los cubiertos de metal o de plástico, por ejemplo, podría resultar una contribución significativa. Aún así, cada caso es distinto y habría que valorar el impacto ambiental del mismo a lo largo del ciclo de vida del producto.
Cada invento, en efecto, tiene sus propias ventajas e inconvenientes. No puede compararse lo que contamina un plato de vidrio o de porcelana con lo que lo hacen los cubiertos, cuya composición hace que liberen sustancias tóxicas.
O, por ejemplo, no es lo mismo sustituir un producto biodegradable o compostable que otro de plástico o reutilizable, tres opciones que tenemos a la hora de preparar un picnic o una fiesta de cumpleaños, pongamos por caso. Por lo tanto, también el valor eco que suponen los sustitutos será relativa.
Cubiertos comestibles
Narayana Peesapaty fundó la compañía Bakey’s, en India, un invento que podría librarnos de miles de toneladas de contaminación. Su propuesta busca sustituir cubiertos de todo tipo, tanto de plástico como de metal.
Su principal objetivo es convertirlos en alternativa a los de plástico, que sólo en su país se tiran a la basura en cantidades ingentes: 120 billones de cucharas, tenedores y cuchillos.
Su fórmula no es otra que mezclar mijo, arroz y trigo, formando una pasta lo suficientemente resistente como para poder entrar en contacto con líquidos como las sopas, el café, leche o las infusiones calientes, sin que se deshagan.
Con la originalidad, por último, de haber distintas aromatizaciones (jengibre, ajo, menta con jengibre, pimienta negra y zanahoria con remolacha, entre otras) para que la comida sea más apetecible.
A comer, envoltorio incluido
La comida rápida también ha hecho su pequeña contribución a este tipo de iniciativas. En concreto, ha sido la cadena brasileña de fast food Bob’s la que se ha lanzado a probar un curioso envoltorio para sus hamburguesas.
Tan peculiar que ni siquiera precisa retirarse para hincarle el diente al bocado. Es decir, la cosa es prescindir del papel sustituyéndolo por un material comestible que cumple la misma función que aquel. Su aspecto, como puede verse en la imagen, es sorprendentemente parecido.
Además de haber disparado las ventas, el invento demuestra que los envoltorios pueden ser mucho más ecológicos. Si cunde el ejemplo, el papel ahorrado se traducirá en un gesto ambiental importante por todo lo que contamina la producción de papel.
Otra interesante iniciativa es la que plantea Proinec, una empresa que ofrece películas o recubrimientos comestibles que se ponen en contacto directo con los alimentos para prolongar su vida útil. Están elaborados con aceites esenciales de clavo, orégano o laurel, entre otros, y evita el uso de polímeros sintéticos. Su uso podría revolucionar el envasado de alimentos.
Platos y envases
Los envases ecológicos también pueden adoptar formas de platos, vasos o cuencos. Básicamente, se consigue un resultado similar al de los cucuruchos de helado en todas sus formas. Sin embargo, los primeros intentos fueron un tanto fallidos, sobre todo porque fallaba alto fundamental: el paladar.
Fue la razón del fracaso de unos recipientes para hamburguesas hechos de almidón de maíz. A diferencia del papel que se usa como envoltorio, con lo que se come junto con el resto de la comida, estos envases eran una especie de bocado aparte, y al ser poco apetecibles resultaron fallidos.
Diane Leclair Bisson se ha revelado como uno de los nuevos inventores de recipientes que son comestibles sin dejar de estar ricos. Aunque bien pensado, las pizzas, las tartaletas, o las tartas de manzana les llevan la delantera… Y, en fin, de seguir por este camino, podríamos tener desde un túper o un plato como aperitivo, postre o guarnición.
Papel comestible
Ya sea en restaurantes ecológicos creativos en como otros establecimientos de vanguardia, el uso de papel comestible es tendencia. Se puede incorporar una carta de menú verde en varios sentidos.
En el caso de los eco restaurantes, lo será por su contenido, por sus ingredientes (elaboradas con hojas de arroz orgánico y empleando tintas vegetales también eco), así como por evitar el uso del papel. Un triple compromiso que difícilmente puede conseguirse de otro modo.
Pero no solo eso. Estos papeles comestibles son una apuesta en todo tipo de establecimientos innovadores. Se juega con los aromas, los sabores, los ingredientes, y la base suele ser, además del arroz, la papa, el maíz y el trigo.
Por lo general se precisan complejas técnicas que suelen llevar a cabo en cada restaurante, si bien es fácil prever que esta primera fase dará lugar a una comercialización de distintas opciones.
De algún modo, los restaurantes actúan como laboratorios de pruebas para propuestas que de tener éxito acabarán popularizándose y llevándose a cabo a nivel doméstico. Por suerte, la moda de los nuevos envases de alimentos obedece a intereses de marketing muy claros, y puesto que los materiales comestibles están en auge, también el entorno puede acabar beneficiándose.
Las vajillas comestibles no son un imposible. Cucharas, cuchillos, tenedores, platos e incluso la misma carta del restaurante podría comerse tranquilamente. Son inventos nuevos que buscan contribuir al cuidado del planeta, al tiempo que hacen negocio con sus originales propuestas.
Ya puestos, hasta el ticket o el envoltorio de las burguer. Más allá de ser biodegradables, van directamente al buche. Y aunque no todas las propuestas son realmente ecológicas, el concepto en sí tiene un gran potencial de sostenibilidad.
Su punto fuerte a nivel ambiental es lo que evitan. Puesto que constituyen alternativas a los cubiertos, al papel, plástico y otros materiales contaminantes, su gran eco ventaja está en evitarlos.
Por lo tanto, sólo si lograran reemplazar al papel o a los cubiertos de metal o de plástico, por ejemplo, podría resultar una contribución significativa. Aún así, cada caso es distinto y habría que valorar el impacto ambiental del mismo a lo largo del ciclo de vida del producto.
Fuente: ecología verde
Quiero donde puedo conseguir?
Hola Nora, no se fabrican en la Argentina por el momento. Gracias por tu comentario.
Interesante propuesta, se podría modificar para un proyecto de Ciencias, todo sea por salvar al mundo de tanta contaminación
Cual es el costo de un plato «comestible» comparado con uno de plastico descartable
Contactenme
Donde se consiguen en Argentina?
Me gustaría obtener más información y saber si trabajan en Europa también . Muchas gracias