El circuito detrás de la bolsita del súper

El viernes se conmemoró el “Día Internacional Libre de las Bolsas de Plástico”, una fecha creada para promover su reducción y su consumo responsable.
Es increíble lo mucho que gastamos en recursos y tiempo, y cuánto daño genera una bolsita que usamos tan solo unos minutos en nuestras vidas. Peor aún, pensemos todo eso multiplicado por una bolsita diaria de distintas compras que millones de personas hacen a lo largo de la semana, el mes, el año.
Veamos en detalle el circuito detrás de esta bolsita. Para su elaboración se emplean combustibles fósiles. Siendo este combustible un recurso no renovable, su uso desmedido pone en vilo la vida del hombre actual, que depende fundamentalmente de esta fuente de energía para casi todas sus actividades.
Lo mismo sucede con el agua potable. Para hacer la bolsa, en el mundo se utilizan durante el proceso alrededor de 495.000 millones de litros por año de agua de consumo humano generalmente, líquido vital escaso en muchas partes del planeta. Luego de ese proceso, se suele verter sin tratamiento alguno, con sustancias químicas que generan contaminación, tales como Bisfenol A (BPA) y ftalatos. Sobre llovido, mojado, como dice la frase.
Vivimos rodeados de plásticos pero debemos hacer un uso responsable de los mismos. Los consumidores deben reforzar la regla de las 3R en sus vidas. Esto es “Reducir, Reciclar y Reutilizar”. Las bolsitas, los sorbetes “descartables” y otros plásticos de un solo uso deben eliminarse. Existen envases, bolsas y otros elementos que pueden reemplazarse, aprovecharse para nuevos usos y/o reciclarse.
Su correcta disposición también es una cuestión que nos atraviesa a todos. Los plásticos que no se manejan como debería ser, terminan degradándose y contaminando. Los microplásticos que se producen a partir de estos llegan a las aguas deben eliminarse. Es necesario que empresas y municipios implementen un tratamiento efectivo de efluentes industriales y domiciliarios para disminuir el impacto. La industria del tratamiento de aguas y efluentes ha decodificado cómo lograrlo y existen las tecnologías para poder eliminar hasta los plásticos más pequeños. Algunas de ellas son la tecnología de membranas y radiación ultravioleta.
Todos los días deben ser libres de bolsas de plásticos. Debemos tomar conciencia, responsabilizarnos y asumir el rol que a cada uno de nosotros nos compete como agentes activos de cambio en virtud de preservar el medioambiente, proteger la vida de fauna y flora hoy y siempre.
Por Emiliano Ferrari, representante de Fluence Argentina