Europa prohíbe el uso de Glifosato y peligran exportaciones Argentinas por $84000 millones
Los países que no apoyan el uso y que ya anunciaron que lo prohibirán localmente, son Bélgica, Francia e Italia. En Argentina, el uso de ese producto un aumentó 983% en 25 años.
En Europa no hubo acuerdo y la decisión de la Unión Europea de prohibir el uso del Glifosato pone en jaque el mercado global. En Argentina peligran exportaciones agrícolas por $ 84000 millones.
El 15 de diciembre expira la licencia del Glifosato en la Unión Europea, y la propuesta que deben acordar los eurodiputados para renovar la licencia por 5 años más no obtuvo la cantidad mínima de votos para promulgarse dado que, según la Organización Mundial de la Salud, podría ser cancerígeno. De los 28 estados miembros solo votaron a favor de la renovación la mitad, y la eurocámara requiere la mayoría cualificada de 55% de países para que haya una decisión firme.
Los países que no apoyan el uso del Glifosato y que, de extenderse la licencia en la UE ya anunciaron que lo prohibirán localmente, son Bélgica, Francia e Italia. La ministra de Medio Ambiente de Luxemburgo, Carole Dieschbourg, fue una de las primeras en celebrar el resultado de la votación: “Luxemburgo votó en contra de la renovación y la prolongación. ¡Buen resultado para nuestra salud y medio ambiente!“.
El uso del Glifosato en Europa quedó en suspenso hasta tanto la Comisión Europea defina una nueva fecha para votar.
En Argentina, el presidente de Aapresid, Pedro Vigneau, puso el grito en el cielo: “La producción potencial en riesgo llega a 12,5 millones de toneladas de soja. A un precio FOB promedio de 385 dólares, el valor de la caída de las exportaciones por una menor siembra podrá superar los 4.800 millones de dólares. Consideró que el costo ambiental de la medida es incalculable y representará un retroceso para la sustentabilidad de la región“.
Vigneau y representantes del campo advirtieron respecto a las consecuencias que le traerá a Argentina la prohibición del Glifosato en la UE, nuestro principal comprador de harina de soja. Durante 2016, Argentina exportó a la UE 9 millones de toneladas, que a u$s 385 dólares la tonelada FOB totalizan 4.800 millones de dólares, unos $84.000 millones.
Agrotóxicos en Argentina
En Argentina, y escudándose en un informe realizado por el Ministerio de Agricultura de la Nación en conjunto con AAPRESID, el organismo presidido por Vigneau, el Ministro Bergman anunció en el mes de agosto que se acortaba por Resolución la distancia mínima para la fumigación con Glifosato a apenas 1 cuadra de distancia de viviendas habitadas, por considerarlo “razonable”.
Según se desprende del informe de la Cámara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes, la Red Universitaria de Ambiente y Salud publicó que en Argentina el consumo de agrotóxicos aumentó un 983% en 25 años: de 38.000 toneladas en 1990 a 370.000 en 2015.
La superficie cultivada se incrementó a un total aproximado de 30 millones de hectáreas, donde el 70% es transgénico, y ya hay 12 millones de argentinos expuestos a estos agrotóxicos. Al aumentar el uso de estos herbicidas, las plantas aumentan su resistencia, por eso donde en 1996 se utilizaban 3kg/año/hectárea de glifosato, hoy se aplican 12kg.
La ONG Greenpeace denunció en 2016 que “al menos treinta funcionarios (del gobierno de Cambiemos) tienen vínculos con el oligopolio de la industria química”. Esta rama estaría encabezada por Monsanto-Bayer, Dow-Du Pont, Syngenta-ChemChina y BASF, quienes controlan el 60% del mercado mundial de semillas y el 65% de las ventas mundiales de agrotóxicos. Por eso no sorprende que ahora se censure la palabra “agrotóxicos” cuando desde el gobierno ya está un marcha un plan de “mejoramiento de imagen” de la multinacional que va desde introducir a Monsanto en las escuelas porteñas hasta incorporar un programa de Monsanto en la grilla oficial de programación.
Este año los padres de alumnos de escuelas porteñas recibieron un pedido de conformidad para que sus hijos participen de una encuesta en el marco de un programa conocido como “Mi escuela saludable”, del Gobierno de la Ciudad que según la explicación oficial busca “promover hábitos saludables para prevenir y disminuir el avance del sobrepeso/obesidad” de la mano del GCBA e ILSI Argentina.
Detrás de ILSI hay un largo listado de multinacionales donde se destacan Monsanto y Bayer, la firma alemana que en septiembre de 2016 compró a la empresa Monsanto en U$s 66 mil millones.
Pero por si la entrada a las escuelas no fuera suficiente, a través de Hernán Lombardi el gobierno le aseguró a Monsanto su propio programa de TV en la grilla pública a fin de fomentar la identificación y familiaridad con la marca.
EL 18 de mayo pasado en nuestro informe “La censura llegó al INTA: no se puede mencionar la palabra Agrotóxicos “ El director del INTA BA Norte prohibió el uso de la palabra “agrotóxicos” en sus comunicaciones oficiales por su valoración negativa en el marco de una campaña que busca presentar a los agrotóxicos como “alternativas tecnológicas”.
Mientras en Argentina el INTA convirtió a la palabra Agrotóxicos en el Lord Voldemort vernáculo, Italia muestra en la tv un informe sobre la realidad del uso de esta “alternativa tecnológica” en nuestro país exponiendo la realidad de los “pueblos fumigados” de las zonas rurales del Litoral que padecen los efectos de haber sido rociados con glifosato desde el aire, como es el caso de San Salvador, donde mueren de cáncer 1 de cada 2 vecinos.
“Malformaciones congénitas, problemas respiratorios, neurológicos, alergias, abortos espontáneos y cáncer son solo algunas de las enfermedades que sufren estos argentinos que viven cerca de grandes extensiones de cultivos de soja, o en regiones cercanas al área de producción de eventos transgénicos dependientes de venenos de Monsanto” cuenta el periodista que presenta el detallado informe, mientras desde Cambiemos la respuesta es sencilla: debemos abstenernos de utilizar la palabra “agrotóxicos”.
El documento técnico en el que se basó Bergman para permitir la fumigación a 1 cuadra de viviendas habitadas, fue elaborado por AAPRESID, el organismo dirigido por Pedro Vigneau, el mismo que hoy se agarra la cabeza ante las nuevas restricciones comerciales que impondrá la Unión Europea en relación al uso del Glifosato, que se suma a la caída de la exportación de biodiesel a Estados Unidos por $21.700 millones.
Por Mariana Escalada y Agustín Ronconi
Fuente: conclusion.com.ar