Un impulso para las semillas orgánicas con sello local
Una iniciativa que comenzó en Santiago del Estero para producir este insumo clave y abastecer a los productores familiares, apunta a expandirse a todos los cultivos hortícolas y a otras provincias del NOA y de Cuyo.
Con más de 3 millones de hectáreas certificadas, la Argentina ocupa el segundo puesto en el ranking mundial de producción orgánica. El sector mantiene un volumen firme de exportaciones y una demanda en crecimiento. Además, está apostando a ganar terreno en el mercado local y fortalecer el desarrollo de las empresas familiares con la generación en el país de semillas de calidad certificada.
Facundo Soria, docente del área de Producción Orgánica de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA), destacó la reciente puesta en marcha del primer Centro de Producción de Semillas Orgánicas de la Argentina, que se inauguró en Termas de Río Hondo, Santiago del Estero, a partir del trabajo conjunto del Ministerio de Agroindustria de la Nación con otras instituciones como la FAUBA y los gobiernos provinciales y municipales. El objetivo es producir semillas de calidad orgánica certificada para abastecer, en una primera etapa, a 7 mil productores con este insumo clave.
Según Soria, quien también coordina el área de Producción Orgánica del Ministerio de Agroindustria, actualmente no existe en el país una gran cantidad de semillas orgánicas de calidad (muchas veces tienen bajo poder germinativo o de pureza) para una amplia variedad de cultivos. Por eso se decidió comenzar a trabajar sobre este insumo clave en Santiago del Estero, primero con hortalizas y cucurbitáceas, y a futuro con otros cultivos de interés.
Además, se apunta a replicar el centro de producción de semillas en otras provincias del NOA, como Catamarca, Tucumán y Salta. También en Cuyo: “Otra provincia clave para seguir es San Juan”, adelantó Soria, para quien también es fundamental aumentar la diversidad de otras especies.
Un sector en crecimiento
Según las estadísticas del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), la producción orgánica en la Argentina muestra un crecimiento interanual de 3%, con un aumento de 13% por año en sus exportaciones, cuyos principales destinos son Estados Unidos, la Unión Europea, Suiza y Japón.
El Ministerio de Agroindustria informó recientemente que nuestro país cuenta con 1.157 operadores primarios, 349 elaboradores y 111 comercializadores certificados; 204.000 hectáreas destinadas a la producción vegetal, 77.042 hectáreas cosechadas, más 176 mil toneladas exportadas. “Se vende al exterior básicamente oleaginosas, granos, vinos, té, carne, miel y lana. En los últimos años también se está despertando el mercado interno, lo cual es muy necesario”, detalló Soria.
Plan estratégico
Las semillas orgánicas deben cumplir con las denominadas Buenas Prácticas Agrícolas (BPA), que garantizan la inocuidad y la seguridad del trabajador, y con un protocolo de calidad específico: la normativa orgánica nacional, basada en cinco grandes principios que abarcan el cuidado del suelo, la biodiversidad, la prohibición del uso de agroquímicos y de transgénicos, y (en el caso de la ganadería) también se suma el bienestar animal. Por último se destaca el valor de la trazabilidad, que permite reconstruir mediante registros y documentos la historia del cultivo a lo largo de toda la cadena de producción y comercialización. El cumplimiento de esos principios es avalado por el Senasa, que habilita entidades certificadoras para su control, mientras que el Instituto Nacional de Semillas (Inase) verifica la calidad de las semillas.
“Hay un plan estratégico nacional que focaliza algunas líneas, como la necesidad de desarrollar semillas orgánicas y, además, trabajar sobre las zonas periurbanas. La idea de nuclear municipios y ciudades que hayan regulado el uso de agroquímicos, para fortalecer los cinturones verdes y que vuelvan a producir de manera saludable bajo los principios agroecológicos”, concluyó Soria.
Fuente: sobrelatierra.agro.uba.ar