Siguen los incendios en el Delta, el aire es irrespirable
La contaminación del aire que se respira en Rosario por las quemas en el Delta es 6 veces mayor al límite definido por la OMS.
Así lo verificaron investigadores de Conicet. Las quemas se repiten en todo el Delta del Paraná pero no existen investigaciones en Santa Fe. Cómo evitar afecciones.
Un equipo de investigadores científicos del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) logró comprobar un alto grado de contaminación del aire que se respira en Santa Fe producto de las quemas de pastizales en las islas del Delta del Paraná.
En diferentes momentos del día el aire se torna casi irrespirable en la ciudad de Santa Fe. Esto es producto de las quemas en las islas del humedal que separa a esta capital con la vecina, Paraná (Entre Ríos). El viento arrastra las cenizas y el humo que penetra en el casco urbano de la ciudad y lo contamina todo. Además del fuerte olor del aire que se respira el humo queda en la ropa. Y así cada día.
El problema es aun mayor en el Gran Rosario. Allí las quemas de islas son más grandes y afectan una mayor cantidad de población urbana. El efecto es el mismo que en la ciudad de Santa Fe. Y a veces hasta afecta la visibilidad.
Los humedales inyectan aire puro a las ciudades de Santa Fe y Rosario, como al resto de las localidades. Pero con las quemas ocurre lo contrario. Y lo que debería ser un beneficio natural se torna en un grave problema para la salud.
Por este motivo, los especialistas del CONICET viene monitoreando la calidad del aire que respiran los santafesinos. Dichos estudios se llevan a cabo en el Gran Rosario. “El viento arrastra los aerosoles, gases y cenizas y los deposita en la ciudad”, advirtió la doctora en Física, Adriana Ipiña, en diálogo con El Litoral.
Verificado
Con el seguimiento diario de la calidad del aire, los científicos analizan los elementos particulados con tamaño menor a 2,5 micrones. Se trata de un material muy pequeño. Cada partícula cabe 20 veces en el diámetro de un cabello. Esas partículas tan pequeñas son las que ingresan a las vías respiratorias y al torrente sanguíneo, y se transforman en un peligro para la salud, “no sólo por su tamaño sino también por su composición”, explicó Ipiña.
A nivel global existe gran cantidad de información científica acerca de la peligrosidad de estas partículas emanadas de los incendios forestales. Se realizaron estudios en Australia, Brasil y California, entre otros lugares. Y en todos los casos se pudo determinar que “la toxicidad de estas partículas pueden ser mucho mayor que aquellas que existen en ciudades muy contaminadas por otros factores”, aseveró la investigadora.
Preocupación
Por ese motivo, Ipiña expresó “la preocupación que existe por la calidad del aire que se está respirando en Rosario”.
Los últimos estudios realizados en estos días determinaron “valores de contaminación muy altos, nunca antes verificados desde el inicio del monitoreo que realizamos del comportamiento que tiene este material particulado”, dijo la investigadora. “Superan todos los niveles”.
El valor de referencia límite para respirar aire sin contaminarse determinado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) es de 15 microgramos por metro cúbico en 24 horas. Mientras que el lunes por al mañana en Rosario, por ejemplo, “esos valores fueron superados casi 6 veces”, dijo Ipiña. Y agregó que el dato era preliminar “porque hay que aguardar 24 horas para ratificarlo”. Es decir que puede llegar a ser superior.
Más adelante, la investigadora explicó que los 15 microgramos de contaminación del aire determinados por la OMS como límite umbral para respirar en las grandes ciudades “es una normativa general, mientras que los niveles que estamos respirando hoy acá superan muchísimo esos niveles”.
Ipiña explicó que estos estudios se vienen realizando en la ciudad de Rosario y zona. Hasta el momento no hay datos rigurosos sobre la calidad del aire que se respira en la ciudad e Santa Fe. Aunque la población lo percibe a diario cuando sale a la calle o cuando el viento ingresa el humo a los hogares.
Fuente: ecositio