Tragedia ambiental en el centro del país
Buenos Aires, Río Negro y La Pampa sufren uno de los más grandes incendios de la historia. El fuego devoró más de 800.000 has. La Pampa tiene el 3% de su territorio bajo fuego, las llamas cercan La Adela, un pequeño pueblo del sur provincial.
Con rutas y caminos cortados se ha perdido la comunicación con varias poblaciones, los múltiples focos de incendio están quemando bosques nativos. Hay gran perdida de animales que mueren atrapados por las llamas. El Ministro de Ambiente, el rabino Bergman había dicho que ante este situación lo único que había que hacer era rezar. Los pueblos sienten que la Nación no los asiste.
El 3% de La Pampa está bajo fuego, la provincia vive su peor tragedia ambiental con quema total de bosques nativos de caldenes. Por el humo se debieron cortar las rutas 35 y 154; el fuego acorrala a La Adela, una pequeña localidad del sur de la provincia donde bomberos voluntarios hace días que no descansan para tratar de emparejar la lucha con las llamas. En todo el país hay más 800.000 hectáreas devoradas por el fuego.
Buenos Aires, Río Negro y La Pampa son las tres provincias más afectadas por el fuego. Desde los últimos días del año pasado los focos no dejan de producirse y el clima no ayuda, con marcas térmicas que superan los 40 grados y con bomberos que hacen lo imposible por combatir las llamas, al borde del agotamiento.
La magnitud del incendio voraz que está asediando pueblos, parajes y campos pampeanos sensibilizó al gobierno. En las últimas horas envió un equipo -muy pequeño- de brigadistas del Servicio de Manejo del Fuego para socorrer a los bomberos y personal de Defensa Civil que tratan de que las llamas no lleguen al casco urbano de La Adela, acaso el sitio donde la situación se ha descontrolado más que en otros lugares. La presencia del humo hace irrespirable el ambiente y muy peligroso el tránsito, que ya cobró dos víctimas.
Las poblaciones rurales pampeanas viven horas desesperantes. A la aridez normal y acostumbrada ahora se le suma el incendio de por lo menos 300.000 hectáreas en los últimos días, con caminos rurales y rutas cortadas, los accesos a los campos se hallan intransitables y el paso del fuego produce una enorme mortandad de animales que quedan encerrados entre las llamas. La perdida en estos campos es total.
Colonia La Pastoril y La Adela son las localidades más afectadas. Sólo entre este sábado y domingo se iniciaron más de 30 incendios. “El personal de Defensa Civil está trabajando casi sin descanso desde la semana pasada con gran capacidad de respuesta ante la inclemencia de los incendios”, declaró al Diario de La Pampa el subdirector de Defensa Civil, Damián Bollak. En las redes sociales se organizó una campaña para llevarles agua.
Los habitantes de estos pueblos sienten que están abandonados. Desde el poder ejecutivo, con gran parte de sus funcionarios de vacaciones, se tiene la sensación de que no se alcanzan a entender y visualizar la magnitud de este incendio que está poniendo en juego el estilo de vida de hombres y mujeres que han perdido todo, más el descontrol ambiental con bosques nativos hechos cenizas, hogar del puma, del ciervo y del jabalí. El diputado provincial Ariel Rauschenberger expresó su preocupación por la indiferencia del gobierno nacional. “En estos momentos siento que ni los medios nacionales y ni el gobierno Nacional se han enterado de lo que estamos viviendo en La Pampa a consecuencia de los incendios, nuestra realidad, nuestras pérdidas productivas, el sostenido trabajo de quienes luchan contra el fuego, parece ser un problema de esta solitaria provincia que no es escuchada en ninguno de sus reclamos» Luego de esto se supo que la nación enviaba 25 brigadistas, una cifra apenas simbólica.
En la provincia de Buenos Aires la situación es desoladora según el director del Distrito 11 de la Federación Agraria, Alcides Haure. “Se van quemando ya 200.000 hectáreas en cuatro distritos. Estamos muy complicados y el panorama es desolador. El Distrito más complicado es Villarino, que limita con La Pampa. Las altas temperaturas, los fuertes vientos y el espartillar seco que domina el desierto ayudan a propagar las llamas.
En Río Negro los incendios en algunos casos comenzaron a mediados de diciembre del año pasado y no han cesado. La Estación Experimental Agropecuaria del Inta registra superficies afectadas por las llamas que provocan un panorama apocalíptico: 180.000 hectáreas en Conesa, 273.000 en Pichi Mahuida y 77.000 en Patagones.
En sólo quince días en Río Negro se quemaron 543.000 hectáreas, el gobernador Alberto Weretilneck declaró la emergencia agropecuaria. El Inta trata de explicar el por qué este año se produjeron tantos focos, la conclusión no conduce a buenos pronósticos “El fuego se origina por las tormentas eléctricas, el gran calor, la falta de lluvias, y la abundancia de pastos, sumadas a las pocas medidas de prevención utilizadas, hace que sea muy difícil establecer mecanismos de control preventivo, por lo que se augura un enero complicado»
Fuente: El Federal