Altos niveles de contaminación en los lagos de la Ciudad de Buenos Aires
Cromo, líquidos cloacales, bacterias peligrosas y biotoxicidad. Estas sustancias son parte de algunos de los afluentes más importantes de la ciudad. Así lo aseguró un estudio de la Universidad de Palermo pedido por el CESBA.
El Riachuelo, Puerto Madero y el Rosedal de Palermo, entre otros, bajo la lupa.
Un equipo de la Universidad de Palermo analizó para el Consejo Económico y Social de la Ciudad de Buenos Aires (CESBA) la calidad de agua de algunos lagos de la Ciudad de Buenos Aires y se encontró con resultados alarmantes en algunas zonas.
A los distintos lagos se les puso un puntaje en base a un sistema que toma varios parámetros y arroja un número del 0 al 100. La mejor nota se la quedó el lago de 1 hectárea Parque Centenario, con 70,74, lo que indica que el agua es de buena calidad y completamente apta para usos recreativos, aunque no es potable.
En el otro extremo, uno de los resultados más alarmantes se detectó en Puerto Madero, donde la calidad del agua es decididamente mala. Para llegar a esa conclusión se tomaron una serie de muestras desde el Puente de la Mujer, en las que se detectó un valor de microorganismos coliformes totales 110 veces mayor al máximo permitido y de microorganismos fecales 9.300 veces por encima de lo aconsejado, lo que prueba que el contacto del agua con líquidos cloacales. La principal bacteria del grupo es la escherichia coli, que es la responsable más frecuente de infecciones urinarias y gastrointestinales, y que puede causar incluso desde meningitis hasta síndrome urémico hemolítico.
«La vida acuática se limita a especies muy resistentes. El agua no es apta para el riesgo ni para uso industrial sin tratamiento. Para consumo humano requiere tratamiento potabilizador intenso. Respecto a los deportes y recreación, el agua analizada no es apta para inmersión y se debe evitar todo contacto. Sólo es apta para la navegación en lanchas o embarcación», remarcó el informe.
En los lagos de Palermo se detectaron resultados dispares. La mejor calidad del agua está en el Lago Regatas, que desde 1990 lo cuida AySA (antes, Aguas Argentinas), aunque los análisis detectaron una alta presencia de cromo, que podría deberse a la intensa sudestada en fechas próximas a los análisis. Recibió una nota de 60.
Por debajo, con 51 puntos terminó el lago que está frente al Planetario, donde se observa mayor tendencia a arrojar basura, lo que en 1999 provocó la muerte de gran cantidad de peces. La limpieza está a cargo de Gendarmería y algunas empresas privadas.
Muy lejos quedó el lago del Rosedal, que apenas obtuvo 35 puntos. El espejo de agua tiene valores de pH inusualmente elevados, gran cantidad de sólidos totales y bajas cantidades de oxígeno disuelto.
«El deterioro observado en los lagos de uso paisajístico y recreativo podría minimizarse mediante acciones sencillas como un aireamiento más intenso y un favorecimiento del reciclaje biótico, introduciendo especies cuyos sistemas de raíces, en forma conjunta con los microorganismos del suelo contribuyan a la purificación del agua», observó una de las expertas que intervino en el trabajo, Mónica López Sardi.
Naturalmente, los peores resultados se hallaron en el Riachuelo, el tercer río más contaminado del mundo. Los estudios indicaron que tiene un alto grado de contaminación y peligro biotóxico tanto para las especies que se deberían desarrollar en sus aguas como para aquellas personas que tengan contacto con el agua. Entre los valores obtenidos se destacó que el arsénico en sus aguas duplica los valores máximos recomendados.
Fuente: Infobae