El carbono forestal, nuevo commodity indispensable para la economía argentina
Los bosques son estratégicos al desarrollo sostenible de un país. Lamentablemente, la Argentina no se ha caracterizado por preservar, cuidar ni privilegiar sus bosques, ya que por su perfil agroganadero y de desarrollo urbano, históricamente estuvieron considerados como una economía marginal y de la periferia; cuando no un estorbo frente al desarrollo.
Los commodities agrícola ganaderos, han sido históricamente una de sus principales amenazas. Pero, ¿qué sucedería, si estuviéramos ante un cambio rotundo del juego, donde los bosques dejarán de ser ¨improductivos¨ en términos de commodities, para pasar a convertirse en generadores de uno de los commodities de mayor demanda en los próximos 50 años? Estamos hablando del Carbono Forestal.
Es importante comprender que los Bosques Nativos y las plantaciones forestales diferenciales ofrecen beneficios que obtenemos de la naturaleza, conocidos como servicios ecosistémicos que brindan a la sociedad una amplia gama de utilidades desde fuentes fiables de agua limpia, suelo productivo, secuestro de carbono, conservación de la flora y fauna, provisión de especies medicinales, entre otros. ¿Pero nos pusimos a pensar que estos servicios y bienes pueden llegar a ser commodities? A medida que la concientización de los beneficios de los servicios ecosistémicos se hacen más evidentes y más necesarios, estos se pueden determinar, valorar y monetizar a través de la fijación de precios, para transformarse gradualmente en commodities. Hoy estos mercados existen, su demanda está en franco crecimiento y se operan como cualquier otro commodity a través de los denominados Créditos de Carbono.
En la actualidad, los créditos de Carbono tienen diferentes orígenes, dentro de los cuales, los más buscados son aquellos basados en Naturaleza o Soluciones Basadas en Naturaleza (o NBS por sus siglas en inglés) que agrupan entre otros a los Bosques Nativos y Plantaciones Forestales. En Argentina los Bosques Nativos nacionales podrían contribuir a reducir emisiones de GEI (Gas Efecto Invernadero) equivalentes a 27 Mtn CO2 para el año 2030. Estas NBS, que ya están generando créditos de carbono, son una realidad en la que Argentina tomó iniciativas mucho antes que la mayoría de los países vecinos, pero que por las situaciones que ya conocemos han sido relegadas.
Podremos preguntarnos si el mercado es parte de la solución o del problema, si no deberíamos replantearnos la concepción antropocéntrica del mundo y la utilización desmedida e insostenible de los recursos naturales, incluso cuestionarnos si seguiremos mercantilizando la naturaleza o preferiremos hacer la vista un lado y directamente ignorar su existencia. Lo que no podremos dudar, es de ir hacia un desarrollo sostenible, donde los servicios ecosistémicos -en este caso el Carbono- sean realmente apreciados. Si parte de la solución es transformarlos en commodities transables o no, es una pregunta secundaria ante la imperiosa necesidad de supervivencia frente a la Crisis Climática.