Un estudio del INTA advertía que la soja provocaría nuevas inundaciones
Una investigación del INTA de 2016 reveló una relación directa entre el incremento de los cultivos agrícolas, principalmente el de soja, y el acercamiento de la capa freática a la superficie, estaba a diez metros de profundidad y hoy está a menos de un metro.
Unas 20 millones de hectáreas del territorio nuestro país se encuentran destinadas al cultivo de soja, como parte de un modelo de agroproducción que se basa en sembrar las especies más rentables, en detrimento de la biodiversidad, en favor del agronegocio.
Mientras un monte nativo absorbe 300 milímetros de agua por hora, y una pastura convencional (donde hay ganado) 100 milímetros, un campo con soja absorbe apenas 30 milímetros por hora.
Expertos del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) ya habían advertido en 2016 que las grandes inundaciones no se explican solo por la caída de lluvia, si no también por el modelo productivo, y que las grandes extensiones de soja provocarían mayores inundaciones.
La investigación “Ascenso de napas en la región pampeana: ¿Incremento de las precipitaciones o cambios en el uso de la tierra?”, perteneciente a Nicolás Bertram y Sebastián Chiacchiera, indica que el cambio del uso del suelo es un factor fundamental para explicar por qué las inundaciones son cada vez más continuas y graves, y que los excesos hídricos no se deben a la falta de obras ni al exceso de lluvias, si no más bien a cuestiones asociadas al proceso de minería que sufre la agricultura y a la agriculturización de las últimas dos décadas principalmente.
Se trata de un trabajo que analiza las lluvias de los últimos cuarenta años y los cambios en el modelo agropecuario (sojización y expulsión de ganadería), entre otras variables. “El incremento sostenido del componente freático que se dio en los últimos 40 años en la región pampeana, y que en la actualidad se acerca demasiado a la superficie, conlleva a un alto riesgo no solo en lo que respecta a producciones agrícologanaderas, sino también en sectores urbanos, pudiendo generar en ambas situaciones de inundaciones”.
“La napa estaba a diez metros de profundidad y hoy está a menos de un metro. Los suelos están saturados, no pueden absorber más. Es como si antes teníamos una maceta grande y echábamos un balde de agua. Ahora la maceta es diez veces más chica pero echamos el mismo balde de agua”.
La investigación explica que se observaron dos tipos de efectos en el comportamiento de la napa, a corto plazo (asociado a precipitaciones) y largo plazo (relacionados con los cultivos y el consumo que generan). Luego del procesamiento de datos (donde confirmaron que las lluvias se mantuvieron dentro de sus promedios anuales) aseguran: “A partir de datos históricos se puede observar una relación directa entre el incremento de los cultivos agrícolas (de soja principalmente) y el acercamiento de la napa freática a la superficie”.
El trabajo señala que en buena parte de la región pampeana la napa freática se encuentra a un metro de profundidad (o menos) y recuerda que diez millones de hectárea pasaron de la actividad ganadera o mixta a la puramente agrícola, con preponderancia de la soja. “Millones de hectáreas de pasturas y pastizales que consumían agua durante los doce meses del año fueron cambiadas por cultivos anuales que, en el mejor de los casos lo hacen durante un tercio o la mitad de ese tiempo, pasando de consumir anualmente 1500-2000 milímetros a 500-800 milímetros”, precisa el trabajo como explicación del ascenso de la napa casi a la superficie.
La investigación concluye indicando que “si no se modifican las rotaciones o el uso de la tierra, no sólo se seguirá incrementando el nivel freático, sino también la superficie, con un alto riesgo de anegamiento”. También afirma que se pueden encontrar soluciones (incorporación de pasturas, otros cultivos, mejor manejo de agua), pero debe primar una “mirada amplia”, interdisciplinaria, donde además de los sectores productivos se tenga en cuenta los aspectos ambientales y sociales.
La investigación del INTA completa aquí
Fuente: El Federal