Cambio climático: se multiplican las señales de alerta en el país y la Región
Incendios forestales, sequías, inundaciones y tormentas de excepcional magnitud mantienen en jaque a cinco provincias. Mientras que en Pergamino y Villegas muchos campos se encuentran anegados, productores de San Antonio de Areco y Rojas aseguran enfrentar “la peor sequía de los últimos 40 años”.
La concentración de eventos meteorológicos excepcionales que se ha dado en las últimas semanas a lo largo del país parece no dejar dudas de que algo en el clima no marcha muy bien: una marcada sequía y tormentas eléctricas que desataron un incendio sin precedente en sur de la provincia de Buenos Aires, La Pampa y Río Negro; lluvias muy por encima de la media que mantienen anegadas las principales cuencas productivas de nuestra región, Córdoba y Santa Fe; un tornado en Trenque Lauquen y granizo en Gualeguaychú.
Aunque los expertos en clima reconocen carecer de evidencias concretas para atribuir estos episodios puntuales al calentamiento global, muchos señalan que la seguidilla de eventos extremos como los sufridos en Argentina tienen lugar en un contexto no menos extraordinario: el nivel de dióxido de carbono en la atmósfera nunca había sido tan alto como en la actualidad.
Debido al abuso de combustibles fósiles y la progresiva deforestación, la concentración de este gas que impide que se disipe el calor de la Tierra alcanzó ya las 400 partes por millón, un 43% más que la que había al inicio de la revolución industrial.
Como resultado de ello la temperatura media ha venido aumentando en todo el mundo a lo largo del último siglo y medio. Por tercera vez en una década, el planeta padeció el año pasado temperaturas extremas nunca antes registradas, lo que convirtió a 2016 en uno de los años más calurosos de la historia, según datos de la Organización Meteorológica Mundial.
De seguir esta tendencia es de esperar que el derretimiento gradual de los hielos polares produzca un aumento del nivel del mar, con la consecuente desaparición de islas y ciudades costeras. Pero, además, se generará un desbalance climático de escala mayor: temporales más frecuentes y poderosos, inundaciones y sequías nunca vistas y olas de calor tan intenso que harían inhabitables algunas regiones del planeta.
Así lo prevén expertos en clima al señalar que lo que estamos viendo en Argentina es apenas una muestra de un proceso inexorable al que tendremos que adaptarnos para subsistir.
Sequías e inundaciones
De la serie de catástrofes climáticas que se desataron en el país durante las últimas semanas, acaso la más extraordinaria sean los incendios que arrasaron casi un millón y medio de hectáreas en el norte de Río Negro, el sudeste bonaerense y el sur de La Pampa.
Y es que si bien esa región suele ser muy seca durante el verano, en este caso la sequía que viene se viene registrando allí hace meses ha sido tan prolongada que dejó a los campos en un estado de altísima combustibilidad.
Pero la gran cantidad de pastizales secos y las altas temperaturas no fueron los únicos factores que contribuyeron a que ocurriera uno de los incendios más largos y destructivos en la historia de nuestro país. Como señalan técnicos del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, “a fines del año pasado hubo varias tormentas eléctricas secas que no descargaron agua pero sí una gran cantidad de rayos”.
Mientras siguen activos en La Pampa algunos focos de ese incendio que comenzó hace casi un mes, a unos cientos de kilómetros de allí, la zona núcleo – la cuenca agrícola ganadera más productiva de nuestro país- hoy se encuentra en gran parte anegada por el exceso de lluvias. Allí, donde normalmente caían unos 800 milímetros de lluvia por año, en 2015 y 2016 se registraron 1200 milímetros por temporada.
Claro que los productores rurales de la región, Córdoba y Santa Fe no son los únicos que sufren los efectos de un clima que parece haberse salido de control. Tras un temporal inusualmente intenso, las vecinas ciudades de Pergamino y Arrecifes quedaron bajo el agua y más de 350 vecinos de ambos distritos pasaron la última Navidad en centros de evacuación.
Alteraciones ya observables
Cuando se trata de eventos puntuales, como la sequía o las inundaciones que afectan hoy distintos puntos de nuestro país, es preciso ser “precavidos y no relacionarlos en forma inequívoca al cambio climático, un proceso en el cual los eventos meteorológicos extremos se pueden dar con más frecuencia y mayor intensidad”, comenta la doctora en Ciencias de la Atmósfera Inés Camilloni, quien no obstante aclara que “el cambio climático es algo que ya se observa en nuestro país”.
Investigadora del Conicet en el Centro de Investigaciones del Mar y la Atmósfera, Camilloni cuenta que el cambio climático se evidencia ya en Argentino por “un marcado aumento de las lluvias en la región del centro este, que abarca parte de la provincia de Buenos Aires y el litoral, una mayor variabilidad climática en la región del Chaco, donde hoy es más común que se pase de la sequía extrema a la inundación, y un aumento de la temperatura que se evidencia en el retroceso de la mayoría de nuestros glaciares”.
Lo mismo señala Enrique Maurtúa Konstantinidis, director de Cambio Climático de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN): “Para que un fenómeno meteorológico pueda atribuirse al cambio climático tiene que sostenerse en el tiempo, por lo cual no podríamos decir con rigor que estas catástrofes que estamos viendo ahora en Argentina sean producto de él. Pero lo cierto es que los cambios se están empezando a ver y no va a faltar mucho para que lo podamos corroborar. En nuestro país, como en buena parte del mundo, la mayor intensidad y frecuencia de las tormentas excepcionales y el aumento de la temperatura ya son un hecho. Y no resulta extraño dado que, según la Organización Meteorológica Mundial, el aumento de la temperatura, que estaba en 0,9 grados, pasó este año a 1,2”.
¿Qué va a pasar en el futuro? “Los modelos matemáticos indican que la temperatura media seguiría en aumento en todo el territorio y que, de no disminuir las emisiones de gases, hacia final de este siglo podría ubicarse hasta tres grados por encima de la actual en el noroeste argentino, lo que tendría un impacto muy grande para esa región”, comenta la doctora Carolina Vera, miembro del Panel Intergubernamental de Cambio Climático.
En cuanto a las precipitaciones, “es de esperar un aumento de los eventos extremos, en especial en la región húmeda –agrega-. Por lo pronto ya hay evidencia de que el aumento de esos eventos extremos de temperatura y precipitaciones puede poner en jaque a nuestra sociedad. Y dado que no podemos evitar que ocurran, debemos abocarnos a reducir nuestras condiciones de vulnerabilidad”.
Fuente: noticias ambientales blog
[wysija_form id=»2″]